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Expresionismo - Introduccion
El movimiento expresionista
Die Brücke (El Puente)

"Con la fe puesta en el desarrollo y en una nueva generación de creadores y consumidores, hacemos un llamamiento a la juventud, y como juventud portadora del futuro, queremos procurarnos la libertad de vivir y actuar frente a las fuerzas tradicionales. Todo aquél que refleje en sus obras espontánea y verídicamente toda su fuerza creadora, es de los nuestros".

Manifiesto de fundación del movimiento artístico Die Brücke, 1905

A los cuatro fundadores del movimiento expresionista Die Brücke, Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottluff y Fritz Bleyl se unieron, en los 8 años de su trabajo (1905-1913), Max Pechstein, Otto Müller y, durante unos meses, Emil Nolde.

El grupo se caracteriza por emplear un vocabulario estético muy simplificado, con pocas formas que han sido reducidas a lo esencial, cuerpos deformados y espacios disueltos sin perspectiva. Los colores, brillantes y saturados, desprendidos del colorido local y pintados superficialmente con un pincel grueso, se encuentran incrustados dentro de un fuerte contorno. Esto concede a los cuadros un carácter vigoroso, como si hubieran sido tallados en madera. Concentrados intensamente en la intensidad del efecto, solían trabajar con contrastes complementarios, mediante los que los colores se reforzaban mutuamente en su luminosidad. Su apasionado colorido se correspondía con el deseo de conceder al color una nueva relevancia emocional y composicional bajo aspectos estéticos únicamente internos, creando obras sólo a base de colores como los fauvistas.

Mediante la deformación con la que reforzaban la expresión, querían representar la "realidad real", es decir, la esencia de las cosas, lo que no puede verse, sino sólo sentirse. En 1911, el galerista Herwarth Walden dio a esta concepción artística el nombre de expresionismo, derivación del francés expression. Con este término recogió en un principio todas las representaciones artísticas que se alejaron de la representación fiel de la realidad, así como también el cubismo y el futurismo.

Otro artista alemán, Max Beckmann, forjó su obra en soledad. Tras la Primera Guerra Mundial, que lo impresionó vivamente, encontró su modelo de configuración expresionista, caracterizada por la forma violenta, ruda y despreocupada en que representaba la realidad. Engastaba colores claros y brillantes con líneas de contorno negras, duras y afiladas para alzar la superficialidad carente de perspectiva de las figuras, a menudo puestas en el cuadro de una forma densa. Sus obras son alegorías modernas de la existencia del ser humano con sus entrelazados emocionales y sus traumas colectivos e individuales.